martes, 16 de noviembre de 2010

Naranja

¡Hola!

Hoy está una de esas preguntas sin respuesta. Durante mi estancia en los Estados Unidos descubrí que el mundo no se termina en refresco naranja, resfresco de limón y cocacola, nooooooo. Nos hemos perdido muchos refrescos en nuestra vida, como el refresco de fresa, la cocacola de vainilla, frambuesa, y una interminable lista de sabores inimaginables para españoles como nosotros.

Pero entre todas esas curiosidades, un día en una barbacoa me tope con la típica botella de fanta de naranja, pero ante mi sorpresa, ese naranja no era el de toda la vida.

Veras si coges un lapiz naranja y lo pones al lado del líquido te das cuenta que la fanta es más clarita, pero nooo, en este país el naranja es color naranja auténtico. ¿Qué pasa aquí? Vale que la cocacola sepa diferente (dicen que es porque tiene un azucar diferente), pero ¿también cambiamos de color las fantas?, yo pienso en el lado bueno, y es que nosotros no usamos tantos colorantes, así que por lo menos si no probé todas esas bebidas en los cumpleaños, pues por lo menos se que bebía algo más sano, con menos colorantes.
Ahora os toca a vosotros:
Contarme qué colores os han llamado la atención de las bebidas, si os habéis tomado alguna bebida de un color, digamos rarillo, o llamativo, o diferente al que esperabais.

5 comentarios:

Marisol dijo...

En Inglaterra triunfaba el refresco de cereza. En Malta cuando pedías fanta te la ponían automáticamente de naranja, no solían tener de limón.

Gobolina dijo...

Por curiosidad, dinos ¿donde estás en la foto? ¿En Tucson? Me han entrado ganas de beber fanta de ese naranja, o ya lo que sea que tengo mono.

Gobolina dijo...

Yo quiero esa fanta! donde estás en esa foto? ¿Tucson?

Cristina dijo...

Marisol, también vi refresco de cereza no entiendo qué le ven. Pero que exista un país con menos sabores que nosotros como Malta donde no triunfa el limón, no me lo esperaba

Cristina dijo...

Pues sí, estaba en Tucson, estaba en en una casa de estudiantes en el jardín de atrás, así se ve lo cuidado que estaba, aunque bueno en Tucson nunca hay verde.